“Reducir los plazos de entrega para ser más competitivos en entornos variables y exigentes”
GESTION DE TALLERES CON
METODOLOGÍA QRM
“MANUFACTURA DE RESPUESTA RAPIDA”
¿Qué es Fabricación de Respuesta Rápida o Quick Response Manufacturing?
El QRM es una metodología que crea organizaciones ágiles optimizando sus procesos a través de tres elementos clave:
- Decisiones basadas en el tiempo: Gestión de la empresa a través del control del tiempo en lugar de una centrada en los costes.
- La adopción de una arquitectura por procesos basada en la flexibilidad de los recursos, células auto-gestionadas con personal polivalente.
- Un conocimiento total de la teoría de la dinámica de sistemas para asegurar plena capacidad en cualquier punta de trabajo.
Está enfocada a la reducción total y sistemática de todos los tiempos muertos (colas, esperas, sobre-procesos, etc.) del global de la empresa.
QRM es una estrategia de toda la empresa, fundada por el asesor especial del Instituto QRM, Rajan Suri, que reduce los plazos de entrega en el taller y en las operaciones de la oficina. Permite a las empresas crecer llevando sus productos al mercado más rápidamente. QRM aumenta aún más la rentabilidad al reducir los costos, mejorar el rendimiento de la entrega y mejorar la calidad.
Los sistemas Agile-QRM nacieron para solucionar algunos de los problemas crónicos de muchas empresas: Des-alineamiento departamental, pérdida de enfoque a cliente, mal servicio, alta rotación de personal y baja implicación en las capas más bajas del organigrama.
Aparte de transformar la empresa y conseguir eliminar estos efectos negativos clásicos, Agile-QRM aportan también herramientas para gestionar proyectos y plantas productivas a través de una gestión óptima del tiempo.
Así nuestra organización se transforma para trabajar exclusivamente en procesos rápidos, recursos con una alta capacidad de reacción y clientes satisfechos.
A nivel de planta productiva, el QRM es la única metodología para entornos de demanda irregular e imprevisible, esto incluye las empresas con un alto % de producto personalizado.
A nivel de oficina, el QRM es la metodología óptima para las empresas que trabajan por proyectos: ingeniería, desarrollo de producto o I+D.
- Reducción drástica del tiempo de entrega (lead-time), una media del 50% el primer año
- Reducción de los costes, una media del 25%
- Aumento de las ventas
- Mejora del servicio y de la satisfacción del cliente
- Mejora de la flexibilidad y adaptación a imprevistos
- Reducción de los stocks
- Importante mejora en la calidad
- Aumento de la implicación del personal
- Personal organizado en unidades celulares (no función gremial): Se trabaja en la creación del equipo, que son los responsables de implementar los procesos especificados.
- Auto-gestión (no organización top-down): El equipo toma decisiones de manera autónoma, hacen suyo el proceso.
- Versatilidad (no especialización): Los miembros del equipo tienen una amplia gama de habilidades. Se crea una matriz de polivalencia de sus habilidades y se trabaja para que sean cada vez más polivalentes.
- Eficiencia de flujo (no eficiencia de recursos): Minimizar el Lead-Time
Mientras otros modelos de gestión como el Lean Manufacturing están pensados para entornos con demandas regulares y previsibles, con muchos productos con volúmenes altos fácilmente estandarizables, el Quick Response Manufacturing (QRM), Fabricación de Respuesta Rápida en español, está pensado para entornos con demandas irregulares, cambiantes e imprevisibles. En estas plantas productivas con demanda caótica o con un alto grado de personalización de producto la estandarización y la planificación rígida son caras y contraproducentes. Es en estos casos donde el QRM transforma la empresa dotándola de la suficiente flexibilidad como para poder dar un servicio excelente y una alta rentabilidad independientemente del comportamiento de su demanda.
¿Cómo se implementa el QRM?
- El primer paso es estudiar las prácticas de management dañinas en la empresa como la departamentalización, los organigramas excesivamente verticales, el uso de bonus o incentivos, el uso de sistemas de control de las personas y el fomento de la competitividad entre personas.
- A partir de este punto se plantea un cambio en los valores (confianza, aprendizaje total, ética y claridad) y principios (propósito, enfoque cliente, autogestión y plenitud profesional) que definirán la nueva cultura empresarial.
- El siguiente punto es estudiar la arquitectura organizacional de la empresa: Organigrama, mapa de procesos y todas las interrelaciones existentes, con especial atención a aquellas con el cliente o el mercado en general.
- Con esa base se plantea una transformación para agrupar a los profesionales en áreas multifuncionales auto-gestionadas enfocadas a mercados, áreas de negocio o cualquier tipo de agrupación que contenga procesos completos como, por ejemplo: ‘Realización de ofertas’, ‘Desarrollo de nuevos productos (marketing, industrialización, costes y compras incluidos)’ o ‘Gestión de pedidos’.
- También es importante el cambio de rol y de estilo de liderazgo de los antiguos directivos de la empresa.
- El siguiente paso es crear el concepto de empresa visual y con capacidad de respuesta rápida. Todas las células disponen de paneles de gestión del área y de su mejora continua con indicadores básicamente basados en la gestión del tiempo (Manufacturing Lead Time, Plazos de entrega, MCT, Tasa de servicio al cliente, etc.).
- Y el último, crear un control de la relación entre carga y capacidad de cada una de las áreas de la empresa (oficinas incluidas) para permitir el movimiento de recursos y poder así cubrir todas las puntas de trabajo que vayan apareciendo en el día a día.